lunes, 18 de mayo de 2015

¿Cómo se siente la debilidad?

Me encuentro en una etapa débil y eso me genera enojo, frustración, tristeza... esa bendita mezcla demoníaca que te haces con vodka y pastillas y después te mandan a hacer un bruto lavado de estómago... para "rescatarte" cuando en realidad, ¿qué saben ellos si vos querías que te rescataran o no? Metiches...


Creo que para mi sin pajilla... Y fondo blanco, en lo posible.

Todo se siente de la siguiente manera:

1- Necesidad de fumar mil cigarrillos, sentir dolor en el pecho por haber fumado tanto y aborrecer el olor que queda en mi piel, en mi pelo y en mi ropa... pero ¡qué gran satisfacción haberme llenado de humo cancerígeno!

2- Siento esa sensación agridulce de la angustia que empieza a invadir el pecho y en vez de mariposas, genera la sensasión de tener el estómago lleno de gusanos. Tengo náuseas, mareos, ojos secos, labios paspados. Siento ASCO.

3- Siento picazón en los brazos, piernas y cuello. Me rasco pero no me calma. Me rasco más y más fuerte hasta sentir que sale fuego por debajo de la piel... después la veo roja, casi con sangre y me asusto. Mejor no asustarse, mejor tener las uñas cortas...

Deseos de autodestrucción, muchos, muy intensos, constantes, reiterativos, idealizados dentro de mi cabeza... ¿por qué?

Edvard Munch y su "Grito" la tenían más que clara a la hora de explicar con una imagen todo lo que escribí arriba...


Momentos de debilidad... odio la debilidad... odio a los débiles, los detesteo, me odio cuando soy débil, detesto mis momentos de debilidad. El odio y la intolerancia son mis métodos de defensa para no ser tan "vulnerable" y mostrar la enorme tristeza que reside en el fondo del avismo. Los débiles me hacen doler, me hacen sufrir, me hacen llorar... Mi mamá fué débil mucho tiempo... yo tenía que ser fuerte para darle las fuerzas que ella NO podía elaborar para salir adelante... Yo NO tenía que mostrar flaquezas ni debilidades... yo NO lloraba adelante de mi mamá. No lloraba. Punto. 

Ahora quiero llorar... todo se reduce a que quiero llorar...

Y a que quiero gritar...

Y quiero decir todo lo que siento sin después arrepentirme ni un poquito de ninguna de las palabras que salgan de mi boca...

Y quiero mandar a la mierda a todos los que se merecen que en este momento los mande a la mierda...

Y quiero eliminar de mi vida a todos los que quiero eliminar de mi vida ahora y para siempre...

Y quiero sacar de mi vida todo lo que no quiero que esté más en mi vida ahora y para siempre...

Y quiero irme...

Y quiero hacerme un bolso e irme lejos...

Y quiero desaparecer de todo y de todos...


Y después me doy cuenta que todo esto junto hace que, como de costumbre, me asalte una bruta tempestad en medio del desierto... Y ahí yo, débil con mi paraguas que no sirve para una mierda, en medio del ojo de la tormenta...


PERO... hoy decidí NO entrar en crisis. YO HOY DECIDÍ NO ENTRAR EN CRISIS.


Si bien el paraguas NO me sirvió para salvarme completa de los daños que provocó la tormenta, por lo menos le encontré un uso alternativo y logré con él cubrirme los ojos así no se me lastimaban con la arena...

Ya encontraré tiempo de volver a emparcharlo para la próxima, porque, como ya sabemos... "próximas", en este camino que transcurrimos los que sufrimos de alguna que otra enfermedad psiquiátrica, va a haber siempre. Todo es parte del proceso de recuperación.


¡Salud (mental) para tod@s!
La Loca del Paraguas

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