lunes, 4 de mayo de 2015

El origen de (¿todos?) mis males

A mediados de 2014, habiéndo empezado nuevamente terapia luego de una gran recaída, decidí poner las cartas sobre la mesa y asumir cuál es el problema "de base" que tengo y alrededor del cual rondan todos los demás trastornos y demencias... Éste tema me acosa hace ya muchos años y siempre me hice la boluda ocultándolo y sintiéndome orgullosa de mi misma por pensar que era TAN grosa que nadie lo notaba... hasta que un día, el monstruo ganó, no pude controlarlo y me venció.

Por eso, a modo de confesión y relato que espero ayude a quienes puedan estar pasando por lo mismo que yo, me pongo en las pantuflas del Abuelo Simpson y les voy a contar una historia...

Vengan niños... les voy a contar una historia...

Corría el año 2002, yo empezaba la facultad, conocí a mucha gente nueva y quedé particularmente impactada por una piba que se convirtió para mi como "EL" modelo a seguir. Al principio nos hablábamos poco, pero de tanto cruzabamos en la hora del almuerzo o cuando cambiabamos de clases terminamos muy amigas. Muchos decían al principio que nuestra relación era súper linda, ¡casi envidiable! pero con el tiempo, las cosas cambiaron.


Pasaron más o menos 7 años, llegó el día en que conocí a "mi chico especial" (quién hoy es mi marido) y de a poco me fui alejando de mi amiga. Las cosas que solía hacer con ella ya no me parecían interesantes y de a poco fui dejando de prestarle atención. Tal fue su bronca y despecho por verse abandonada que decidió comenzar a seguirme a todos lados, muy a mi pesar. La quería apartar del camino y no había caso... ella volvía... y así... sin parar... incondicional... ella ERA INCONDICIONAL. A pesar de mi desprecio y abandono, ella me era INCONDICIONAL... y ese era/es el problema hasta el día de hoy: ella me es INCONDICIONAL...

La primera vez que comencé a tratarme, ella se opuso terriblemente sin siquiera tener voz ni voto al respecto. Me empezó a acosar más que antes. Hacía todo lo posible para que yo no escuchara a la psicóloga. Hacía todo lo posible para convencerme que la medicación no servía. Fui débil, la escuché varias veces y de ahí que tuve muchos altibajos con el tratamiento.

Pasaron los años y heme aquí ahora, firme, más firme que nunca. Sé que aunque ella sea incondicional y me espere con sus brazos abiertos para "contenerme", yo no la necesito más. Sé que altibajos habrá siempre y debilidades tendré siempre, pero me rodean personas muchísimo más importantes en mi vida... personas a las que amo con el corazón y quienes me dan fuerza para vivir.

No me sorprendió escuchar su nombre de boca de la Psiquiatra, no me costó darme cuenta que su nombre era sinónimo de enfermedad... Pasó el tiempo y empezó a no costarme hablar sobre ella con los demás... pero lo que SI me cuesta... es... OLVIDARLA.


Aún sabiendo que sos una resentida de mierda y que me vas a seguir como un fantasma hasta el último día de mi vida, YO SÉ QUE SOY FUERTE. Yo puedo vivir sin vos. YO VOY A VIVIR SIN VOS... VIVIR Y SER FELIZ, PORQUE NO QUIERO TENERTE MÁS EN MI VIDA, ANOREXIA NERVOSA



¡Salud (mental) para tod@s!
La Loca del Paraguas.

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